Asunto Impreso

Una novela de un autor argentino le da voz a un femicida

Por Daniel Gigena

Desde las primeras páginas de Lila, la nueva novela de Gonzalo Unamuno (Buenos Aires, 1985), queda claro que Germán Baraja, protagonista y narrador de la historia, es un femicida. La novela toma el título del nombre de la víctima, una mujer de cuarenta años, hija de diplomáticos, exactriz de tiras televisivas y empleada de la Cancillería argentina. Baraja, que ya había protagonizado la novela anterior de Unamuno, integra una estirpe de psicópatas de la literatura local, entre los que se puede incluir al protagonista de El túnel, de Ernesto Sabato, y a los antihéroes de Doble crimen, de Ariel Magnus, y de Los motivos del Lobo, de Liliana Escliar.

"Escribí Lila con la intención de que el lector se adentre en el razonamiento de un perverso misógino, ególatra y manipulador, que posee un interminable menú de máscaras mediante las que se camufla para hacer lo que sabe: el mal -dice Unamuno-. Germán Baraja, el personaje que narra en primera persona cómo y por qué arruina a esa mujer, es un psicópata integrado, cosificador de gente que utiliza para su provecho y luego descarta". En la novela, publicada por el sello Factotum, Baraja ejerce una violencia psicológica sin atenuantes que va mermando la autoestima de Lila.

La novela de Unamuno se publica en una época que en que los reclamos del feminismo por una sociedad más igualitaria en la Argentina se ensombrecen con las estadísticas de episodios de violencia de género. "Hoy vemos el modo en que el patriarcado generó violencia y castración en todo ámbito en el que intervino -indica el autor-. La mujer, el homosexual, la lesbiana, el negro, el pobre y tantísimos otros mal señalizados como 'minorías' fueron perseguidos, asesinados y expulsados de un esquema único de razonamiento que jamás les quiso dar lugar. Solo el hombre blanco, heterosexual, saludable y exitoso estuvo fuera de los alcances de esa maquinaria represiva que determinaba cuál era tu mandato en la vida. Pero eso se está acabando".

Lila transcurre en el presente y el personaje de Baraja padece los avances del movimiento feminista local como si fuera una peste. Sus soliloquios, colmados de desprecio por las mujeres, reproducen en parte discursos que circulan en la esfera pública. "Era ese movimiento transnacional de féminas abortadoras con tanta prensa y tanto hastío y tanta interacción entre sí, el momento de la fractura total de un mecanismo de razonamiento; entonces me contuve para no evitarle el daño en cuotas que le había estipulado a su futuro inmediato", razona el personaje cuando se cita con Lila en un bar porteño.

Para el escritor, la violencia siempre la ejercen los que no tienen razón. "Detrás de la violencia del femicida está en cuestión su identidad masculina", dice. Sin embargo, Unamuno desconfía de los varones que se vuelven feministas de un día para otro. "Todo hombre está o debiera estar ante una interpelación profunda, determinante, sobre su masculinidad. La literatura que hago y me interesa, provocadora y díscola, no puede desentenderse de su tiempo. Cuesta referenciarse en abuelos, padres, tíos, hermanos, ídolos, cuando representan, en muchos aspectos, el cuadro que hay que bajar: el del macho en extinción. Cuando el pasado es una carga en la que no podés referenciarte, tenés que hacerlo en quienes te conducen a la transformación, al futuro", advierte el autor sobre su trabajo y el de otros escritores argentinos.

En la novela anterior, Que todo se detenga (de 2015), Baraja pasa un fin de semana consumiendo drogas y despotricando contra lo que considera "clichés de la época", situación que también se repite en algunos pasajes de Lila. Pero en la nueva novela, la misoginia del personaje se renueva y pasa, tristemente, a la acción. "Mi idea es escribir una tercera novela para cerrar una 'trilogía de Germán Baraja', la trilogía del mal o de la psicópata. Esta novela es un viaje al interior de un razonamiento perverso, misógino o malvado". En octubre, la primera novela de Unamuno será llevada al cine por Juan Baldana y el actor Lautaro Delgado encarnará al personaje del femicida.

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