A contrapelo de la irrefrenable catarata de novedades, los editores y editoras sagaces esgrimen la coartada de la reedición para hacer un trabajo silencioso, profundo y cuidadoso de revalorización de aquellas perlas perdidas en anaqueles ocultos de alguna librería o a veces olvidados o en las bibliotecas.
El editor sagaz, que se parece bastante a un detective, funciona atento a determinadas claves que arrojan en silencios lectores aviesos, bibliófilos, investigadores y otros actores de este particular universo.
Y entonces encuentra, por ejemplo, una colección de textos escondidos en revistas o diarios, o aquella novela que sacudió a una generación, agotó su tirada y quedó en el recuerdo para siempre, o ese compendio de poemas que tantas emociones suscitaron.
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También trae del fondo editorial las novelas del último Premio Nobel, o vuelve a editar esa novela juvenil con la que algunas generaciones se iniciaron en la lectura.
Y otra novela juvenil, para el verano de lectores de todas las edades es La pregunta de mi madre (Factotum) de Luis Mey. ¿De qué trata? Matías es hijo único, vive con su madre que trabaja sin parar y un padre casi ausente. Apremiado por la economía familiar, tiene una conciencia del valor del dinero fundada en la carencia. Tan relevante es el dinero (o la falta de él) que los capítulos están titulados con la cantidad de pesos que el narrador tiene en su bolsillo a medida que avanza la historia. “Una novela estupendamente escrita que habla de lo que somos, ese algo que está a medio camino entre lo que ha sucedido y lo que nos decimos que ha sucedido,” dijo Eduardo Sachieri. La pregunta de mi madre (reeditada por Factotum) ganó el Premio Ñ de Novela en 2013, y vuelve a las librerías.