A morir, de Broemmel & Castagna. Factotum Ediciones, 2017
La novela está escrita a cuatro manos y los personajes son homónimos de los autores por lo que, al finalizar el libro, podés llegar a sentir, como yo, la siguiente contradicción: ganas de invitarlos a un asado, miedo de que te rompan la casa. En la historia, Castagna y Broemmel hacen distintos turnos como encargados de un locutorio al que no le falta ni los wachines tomando cerveza en la puerta ni los jugadores online matazombies ni el obeso sentado en el fondo vaya a uno a saber si mirando porno además de comer pantagruelicamente, ni el escurridizo propietario chino, ni una serie de inundaciones, cortocircuitos y luces mesmerizantes que no sabemos si son producto de la alucinación por drogas o de una masiva invasión suprahumana. “A morir” arranca en una vereda de Buenos Aires y termina en las alturas de Kill Bill y Ghostbusters. Me he reído tanto al leerla que no sólo solté carcajadas en público sino que le volqué café encima.