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Halloween: se renueva la biblioteca del terror con thrillers, ciencia ficción y hasta parodias

El género literario más oscuro continúa su expansión con nuevos libros que acaban de llegar a las librerías Por Daniel Gigena

Para Halloween, en vez de “dulce o truco” los lectores prefieren la opción “libro o truco”. El género literario favorito de la tercera década del siglo XXI -el terror- se renueva año a año en contacto con otras especies discursivas, del thriller psicológico al mito y de la ciencia ficción a la parodia. Este lunes, para celebrar Noche de Brujas antes hay que pasar por las librerías.

“La literatura es un terreno apropiado para la expansión del monstruo”, se lee en el libro-taller Ahora escriba usted (Factotum), de Mariano Quirós. “Se vive un momento particular del género de terror -dice Quirós a LA NACION-. Pero más que el género lo que me gusta en particular son determinados autores. Entre los argentinos que escriben terror y lo trascienden, me interesa mucho Luciano Lamberti, que tiene algo de aire generacional; Diego Muzzio me alucina, su escritura es muy elegante y parece que escribiera del futuro con una prosa del pasado; Marina Yuszczuk también, La sed me encantó. Sus narrativas son las que me interesan, más allá de las interpretaciones que se hacen a partir del auge repentino de un género u otro. Ahora se dice que el terror es ideal para narrar la Argentina; antes se decía lo mismo del policial o el género negro. No sé si es tan así o hasta qué punto me convence esa idea de narrar el país a través de una historia. Al momento de leer, me convoca más la prosa de un autor; para enterarme del contexto del país, leo otras cosas”.

A continuación, ofrecemos un listado de novedades editoriales para elegir en la víspera del Día de Todos los Santos.

Cada día canta mejor, Luis Mey

Luis Mey vuelve al terror con un twist irónico. El narrador, un escritor porteño (con una pareja llamada Malena), investiga el rol del Zorzal Criollo durante un ataque zombi en la ciudad de Buenos Aires. “En Cada día canta mejor (Factotum, $ 2650), intenté inyectar algo de comedia negra para apenas perderle un poco el miedo a las cosas: a la muerte, a los cementerios, al mundo de la literatura, tan lleno de zombis -dice Mey a LA NACION-. De ahí que agarré a un héroe, Carlos Gardel, por cuestiones de quitarle el tango al mundo de los padres borrachos. Y, desde ya, para leer mejor las cosas”. En la novela, el tango “Volver” cumple un papel clave. “Sin duda trata de zombis -afirma Mey-. El festejo en la novela es el limbo. Una oda a lo que anda perdido en sus tropiezos de comedia, aunque en la noche, y entre zombis que quieren recuperar el canto. Un proceso que intenté y desarrollé desde el terror más duro en Macumba, continúo con los niños asesinos en Los pájaros de la tristeza, después con Brujas de Carupá hasta esta, y seguirá en las siguientes. Como zombi de la cultura me debo a decir: o eso creo”. En El viento de la pampa los vio (Baltasara), segunda novela de Juan Ignacio Pisano publicada este año, se alterna la gauchesca con el apocalipsis zombi.

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