“Unos días más tarde empecé a recibir los llamados. El teléfono sonaba a cualquier hora. La pantalla decía que era un número privado, un 'Posible spam'. Cortaban apenas atendía o la línea me quedaba en silencio, muerta. Si hubiese pasado una vez, no me habría preocupado. Pero era un llamado tras otro, todos los días, especialmente por la noche."
David Voloj, Aquellos días de tanto frío
Aquellos días de tanto frío es el nuevo libro de cuentos de David Voloj (Córdoba, 1980), el séptimo de su propia cosecha y el primero en el catálogo de Factotum. Diestro en el manejo de primeras personas (masculinas o femeninas), sus historias nos sumergen en mundos muy parecidos a este, pero levemente distorsionados, que tienen a la familia y a las parejas en el centro de tramas inquietantes.
Entre lo raro y lo extraño, Voloj capta en los cuentos de este libro ese instante en el que la moral y las convenciones sociales se corren de su eje. Por momentos rozando lo perturbador como en el brillante “Siestas en casa”, que remite a Silvina Ocampo, y en “El sueño que no pudimos compartir”, donde una enfermera mantiene a su novio en coma durante meses dentro de su casa; mientras que en otros impacta desde la emoción, es el caso de “Mi hermano más chico”.
Aquellos días de tanto frío concentra también otra virtud: hacer entrar tangencialmente en el terreno de la ficción temas de debate actual (como la educación sexual en las escuelas, la violencia de género, el uso de las armas, el incesto y la pedofilia) y provocar una fisura.
En los ocho cuentos y el hidden tale (un bonus track como en los antiguos cd’s), la tensión se construye en torno a un secreto que sus narradores comparten con el lector pero no con sus personas más cercanas. Y en ese filo por el que se mueven, sus personajes parecen no darse cuenta de su propia locura.