Cómo ser adolescente y no morir en el intento

“Quería, sí. Quería verla, por supuesto. Hablar con ella, dormir con ella, por qué no. Susurrarle, callarme. Agarrar una mochila y escaparnos a ningún lado.
Quería todo y no quería nada.
Porque le había mentido tanto que ya no sería yo el que la enamorase. Sentarla un día y decirle toda la verdad tenía menos sentido que mentirle más. No estaba preparado ni para decirle la verdad ni para vivir la verdad. Pero algo me hacía picar la cabeza y no eran liendres”
- Luis Mey, La pregunta de mi madre

Luis Mey nos trae la novela del verano. La pregunta de mi madre es una inmersión en la cabeza de un adolescente de clase trabajadora, al mismo tiempo que narra el viaje iniciático de dos amigos a Mar del Plata. Ambientada en los 90, la novela está narrada con fluidez y humor desde la voz de Matías, un joven de 16 años que no sabe qué hacer con su vida, mientras empieza a poner un pie en el barro del mundo adulto.
 
Matías es hijo único, vive con su madre que trabaja sin parar y un padre casi ausente. Apremiado por la economía familiar, Matías tiene una conciencia del valor del dinero fundada en la carencia, tan relevante es el dinero (o la falta de él) que los capítulos están titulados con la cantidad de pesos que el narrador tiene en su bolsillo a medida que avanza la historia. Junto a un amigo del barrio que oficia de consejero y mentor, Peine, hace sus primeras salidas nocturnas y conoce a Carolina, una chica que lo hace vivir su primer amor y a la que le miente desde el minuto cero.
 
Carente de experiencias y de dinero, Matías construye un personaje para los demás que no se condice con su realidad. Y, como buen mentiroso, termina por creerse su propia fantasía. Así convence a Peine de viajar juntos a Mar del Plata, con el plan secreto de reconquistar a Carolina y confesarle todos sus engaños.
 
Ganadora del Premio Ñ de Novela en 2013, La pregunta de mi madre vuelve a las librerías de todo el país para encontrarse con nuevos lectores. La novela es también un excelente punto de partida para ingresar a la obra de Luis Mey, ya que contiene todos los ingredientes que la hacen única: un estilo cercano y reflexivo, donde priman la acción, el humor y el vértigo narrativo.

“Una novela estupendamente escrita que habla de lo que somos, ese algo que está a medio camino entre lo que ha sucedido y lo que nos decimos que ha sucedido”
-Eduardo Sacheri