Ciudad de México, 17 de junio (MaremotoM).- La novela Lo demás es silencio (Tusquets), de Camila Villegas y Ya no hay afuera (Factótum), de Haidu Kowski, plantea en los dos lugares que se han escrito (México y Argentina) la misma pregunta: ¿Qué mundo dejarle a nuestros hijos cuando ya no hay un mundo para dejar?
Mientras la escritora y dramaturga, en su primera novela, explora la comunidad de los rarámuris y nos muestra la realidad de la sierra tarahumara, el autor argentino huye con su hija al monte de los comenchigones, donde las lluvias son diferentes a las de la ciudad.
En esta charla con estos dos escritores interesantes y osados, comprendemos un mundo nuevo, tal vez, un mundo destruido.
“Escribo la novela buscando encontrar respuestas que no hallo. La visión de comunidad, de justicia, qué decisiones estamos tomando en torno a la violencia, son preguntas que se se van acomodando en el medio de la trama”, dice Camila Villegas, dramaturga, investigadora teatral y productora. Ganadora del International Reading Festival de Columbia University (NY), y el Certamen Obra para el Bicentenario SOGEM-CONACULTA. Ha realizado residencias en Banff Center of the Arts (Canadá) y THE LARK, (Nueva York). Sus obras han sido presentadas en todo México, Estados Unidos (NY y LA), Canadá, Portugal, Chile y Colombia.
“En las afueras de Villa Dolor, Pablo se encuentra entre las buenas intenciones de convertirse en el héroe de la historia de su hija -a quien le enseña cómo cocinarse, cómo actuar en caso de quedarse sola, o lidiar con una madre ausente- y la inmadurez de saber que volver al monte despierta instintos, deseos y los vicios más salvajes, un solapamiento entre pasado y futuro fuera del orden natural. En ese escenario Pablo dará todo para protegerla, incluso de él mismo”, dice a Página 12 Haidu Kowski, autor de las novelas Met, el muerto (2001), Dos días en Venecia (2008) y Cartas de un psicópata enamorado (2011), y del libro Estrategias del póker para la vida (2015). Es además creador del Jam de Escritura, evento de improvisación de escritura en vivo que produce desde 2006 en la Argentina, México y España.
“Cuando me mandan novelas de autores que no conozco, para mí es una sorpresa. No me gusta leer el prólogo o el epílogo y cuando empecé a leer Lo demás es silencio, vi similitudes por la temática montaraz. En Argentina siempre se estudió mucho la llanura y vengo haciendo un recorte de eso. Hoy hay una ola de autores que se escapan de la ciudad y buscando un naturalismo contemporáneo, reivindicar ciertos aspectos de cultura que en la escuela primaria nos retacearon un poco”, dice Haidu Kowski.
“A medida que avanzaba iba entendiendo que la novela está escrita desde adentro. Tomar una idiosincrasia de la gente de afuera, de la comunidad, es complicado. Creo que Antonin Artaud hizo un viaje psicotrópico desde la sierra tarahumara y me sorprendió que hubiera un lenguaje contemporáneo desde la tradición”, agrega.
“¿Cómo escribe uno de algo o de alguien que no nos pertenece?”, es la respuesta de Camila, quien mantuvo esta historia durante 10 años, tiene vínculos de amistad y un cariño tremendo por esa tierra y por esa gente. “Me di el permiso de apropiarme culturalmente que siento que no es utilitaria para beneficio propio”, dice Camila Villegas.
“Hay una razón de ser de no apropiarse culturalmente de muchas cosas, pero la contracara de todo eso es el silencio. Yo tomé el riesgo”, afirma.
La conversación gira en torno a las dos novelas y muestra las ansiedades e inquietudes de dos autores “montaraces” que desde México y Argentina construyen un mundo destruido.