Asunto Impreso

A leer | Los cuerpos del verano

En esta interesante nota, Natalia Brandi nos invita a leer este libro del escritor platense Martín Felipe Castagnet, una novela de ciencia ficción ganadora del Premio a la Joven Literatura Latinoamericana otorgado por Francia a través de la Casa de Escritores Extranjeros y Traductores.

Internet es el cielo de los muertos

No es habitual encontrar literatura de ciencia ficción argentina en la actualidad. Pues bien, Los cuerpos del verano es la inapelable excepción. Escrita por el platense Martin Felipe Castagnet y publicada por Editorial Factotum, esta novela trata sobre la idea de que las personas al morir permanecen en estado álmico en internet. Los cuerpos pueden recargarse con diferentes almas y las personas pueden tener tantos cuerpos como puedan comprar. ¿Cómo se construyen las relaciones humanas a partir de la posibilidad de mutar de cuerpo, qué sentido tiene la sexualidad, las edades en función de la jerarquía familiar?

La trama transcurre casi en su totalidad en una casa, donde un abuelo se encuentra con su nieto, más grande que él.

Castagnet, con esta novela ganó el Premio a la Joven Literatura Latinoamericana otorgado por Francia en Buenos Aires a través de la Casa de Escritores Extranjeros y Traductores, en el año 2012, en su séptima edición.

Eduardo Berti, uno de los miembros del prestigioso jurado que otorgó el premio a esa novela, por unanimidad, dice de ella : “Los cuerpos del verano pertenece a esa familia de grandes obras de ficción imaginativa. Aquellas que construyen un invento dentro de otro invento, desde las mil ocurrencias de Julio Verne hasta la `sound machine´ de Roald Dahl o el `Baby HP´ de Arreola, pasando por los delirantes objetos de El juguete rabioso".

Pero hay más: la tentación utópica -o, mejor dicho, antiutópica- de concebir sociedades o universos. Aquí se trata de un mundo donde los muertos tienen la opción de regresar a un cuerpo, donde internet es la nostalgia de unos abuelos adictos a ella y donde hay nodos en que los muertos se encuentran con amigos que no conocieron en vida. Todo invento impone sus reglas. Y esto ocurre aquí doblemente, ya que el universo creado por Castagnet impone consecuencias que, a su manera, son nuevas reglas: las necrológicas empiezan a indicar quién reencarna en cada cuerpo; la sexualidad actualiza su mecánica. El goce de la `imaginación razonada´ se hace eco en estas páginas, junto con una imprevista cotidianidad del futuro. Y para nosotros, lectores, este mundo significa otra invención, tanto o más decisiva: la de un nuevo escritor que, con este libro, da el anhelado primer paso a la hora de salir al ruedo.

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